lunes, diciembre 29

Siento...

Quien pueda entender que con los ojos cerrados se sigue sintiendo.
Quien sepa dar cabida en la memoria
al olor de un anhelo,
a la luz de una sonrisa,
a lo esencial de un momento,
conoce bien aquello que es
impalpable,
todo lo que es aire,
olor,
memoria.
Lo invisible a los ojos.
Pero aun así,
¿Cómo es que guarda tanta importancia esta abstracción de un significado de la vida?
Porque aun así a ojos cerrados la memoria trae al agitado espíritu lo que queda en ella:

Tu manito apretada por otra, un mundo de seguridad.
Los reflejos de una cicatriz, mirarse en el pasado.
Galletitas de soda con mermelada, un gustito de la infancia.
El primer beso, la insaciable búsqueda del alma gemela.
Una segunda boca, un nuevo olor para el recuerdo.
Ojos llorando por ti, un te quiero empapado.
Un anillo de compromiso, el sin palabras de un gran momento.
Robi Draco en concierto, dedicarte una canción con la mirada.
Leer cartas, vernos en unas fotos viejas, sentir su respirar,
aun ahora que están tan lejos ...

Recordar, llamar al recuerdo, comunicarse con el,
¿A que sabe cuando recordamos?
¿Quién es que con los ojos cerrados no ha seguido sintiendo?
¿Quien no ha olfateado un anhelo?
¿Quien no ha visto una sonrisa deslumbrarse?
¿Quien no ha quedado ciego pero sigue sintiendo. ?
A pesar de las distancias en tiempo,
memoria y
espacio.

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